Del río de mi olvido


Autor: José Luis Tejada
Publicaciones de la Fundación
Municipal de Cultura.
El Puerto de Santa María.
ISBN: 86-400-5096-0
Depósito legal:  CA-457-1978 
Cubierta original de Pablo Tejada


Selección de poemas:


Rapto

Una fragata en la ría
y yo con diez bucaneros,
amor, de piratería.

 

Llegar a tu puerto un día.
Robarte, y hacerte mía...

 

¡Levad anclas, compañeros!
Que suenan por la Caleta
voces de carabineros.

 

Y en el lomo de una duna
tu padre con la escopeta,
solo ya, frente a la luna.

Penal

Gitana con niño

     

-Por na, mirusté, por na.
Una jangá, sabusté?
Una malajá.
Total ná.
Pero no sapurusté:
Ya saldará. Ya saldrá.

    

Yo sola y el churumbé.
-Niño, limpiaté
y a callá-
Ahora que yo mirusté,
de "esto"... na.

Olivas

Por la sal y el aceite de tus ojos marinos,
de tus ojos de olivas, mis molineros van
y van mis marineros, y van mis campesinos
espigando en tus finos trigalillos mi pan.

    

Por la leche dulzona que has de darme algún día
cuando bese tus manos de tan blanco deleite:
por la miel del contigo, por la simple alegría
de moler, vida mía, de tu olivo el aceite…

    

¡Ay granazón baldía de verte y no tenerte!
Cuando llegue ese día… ¡Cómo voy a quererte!
Pero.., ¿qué levemente te tendré que rozar!

     

¡Garza mía, gacela… mía, nenúfar mío!
Porque no se me rompa tu tersura de río.
Porque no se me seque tu verdor de olivar.

Puerto de qué futuro

Tú, pueblo mío, seguirás creciendo
sobre mi tumba, hasta rascar los cielos,
encaramándote en mis huesos.

           

Entre tus lindes seguirán naciendo
niñas con alas. Seguirá latiendo
tremendo, el turbio amor. Seguirán yéndo-
se agotando y muriendo,
añadiendo sus muertes a las mías,
los hijos de mis hijos. Hijos tuyos
darán quizás también sus cuerpos
para tu elástico esqueleto
y el roce de sus pies te habrá ido haciendo
-y su peso pequeño-
cada vez más y más humano, pueblo.

             

Crisol, al sol, de almas
de muertos vivos y de muertos muertos
que te alimentas de miradas, de palabras
y de sombras sagradas y sangradas. Misterio
voraz, que nutres tu no ser apenas
con tantos seres verdaderos.

Nanas

I

    

El árbol de mi sangre
tiene una rama
donde viene a posarse
la luz del alba.

   

 

II

      

El burro de la noria
lleva en su grupa
pastel de zanahoria,
caña de azúcar.

 

Borriquitiño,
dame azúcar de caña
para mi niño.

      

 

III

      

A la panarria vieja
de mi tejao
se le cayó una teja,
la ha escalabrao.

 

Ea la ea,
a mi murcielaguito,
¿quién lo menea?

     

 

IV

      

Tengo un oso de pana
que come y bebe
y me moja la cama
de siete a nueve.

 

Todos los días
me despierta su cante
por alegrías.

     

 

V

                 

A la salamanquesa
de la alacena
le creció la cabeza,
mira qué pena.

 

Que este gorrito
que antes le estaba grande
ya le está chico.

         

 

VI

               

La cigüeña en su pico
trajo a mi huerta
un renacuajo chico
que me despierta.

 

Siempre croando.
Es mi pedigüeñito
que está llorando.